Título: (Aún lo estoy pensando...)
Género: Shonen ai / Ai member
Público: +14
Protas: Yokoyama, Maruyama
Pair: Yokomaru
Tipo: Fic ( 8 capítulos)
Sinopsis: Maruyama es un estudiante del último año de la secundaria, un día camino a su escuela conoce a un tipo del cuál se enamora a primera vista, con lo que el no contaba es que este tipo sería su nuevo profesor....
Debí haberle hecho caso a mamá y traerme un paraguas…¡Agh! Será
mejor que corra para llegar lo más pronto posible a la escuela. Además no
quiero que el nuevo profesor que vendrá hoy a reemplazar a Takamura-san se la
agarre conmigo por llegar tarde y empapado.
Con ambas manos cogía mi maletín sobrepuesto en mi cabeza
para evitar mojarme, sin embargo la lluvia se hacía más intensa y seguramente
si seguía corriendo de esa manera resbalaría en cualquier momento.
Me detuve cerca de un árbol a tomar un poco de aire y
protegerme de la lluvia –Ahh~ ¿será que me puede pasar algo peor? – preguntaba
mirando al cielo, como si las nubes pudieran contestarme. Me daba cuenta que
solo estaba perdiendo mi tiempo, así que regrese al camino a correr.
Ya estaba cerca, por lo menos ya podía ver el lomo de la
escuela y pensaba que como este era mi último año de estudiante extrañaría
mucho este tipo de cosas, estas cosas que suelen pasarme camino a la escuela.
Ya me estaba emocionando, solo faltaba una cuadra, pero
sabía que en algún momento algo saldría mal, me tropecé con una piedra en medio
de mi camino, me hizo perder el equilibrio y caí torpemente, pero eso no fue lo
peor, ya que mi maletín salió disparado por el impacto e hizo que los cuadernos
se salieran de él y se mojaran por completo.
No debí molestar a las nubes preguntándoles si algo más me
podía pasar, porque respondieron muy eficazmente y ahora estoy mucho peor que
al inicio.
Me levanté con algo de dificultad y fui directamente hacia mis
cosas para recogerlas…pero, mientras estaba agachado en el suelo levantando mis
pertenencias, dejé de sentir las gotas de las lluvias caer sobre mí -¿Eh?- me
pregunté y levanté una mano verificando si caían gotas - ¿dejó de llover?- me
volví a preguntar , hasta que alcé la cabeza y pude ver a una persona con la
piel más hermosa que haya visto en mi vida, estaba sosteniendo un paraguas,
ahhh~ era tan blanco como un ángel y en particular lo que más resaltaba en su
rostro eran…eran….esos labios rosados y carnosos.
-¿Estás bien? – me preguntó aquel ángel misterioso ofreciéndome
la mano para levantarme, sin duda lo acepté y hasta olvidé mis cosas en el suelo,
ya me había levantado y en todo momento no dejaba de verlo – Veo que tus cosas
se han echado perder…déjame ayudarte – me dijo al ver todas mis cosas tiradas
en el empapado suelo. Me dio el paraguas y se agachó a recoger mis cosas una
por una. Yo estaba atónito porque me había quedado prendido en su rostro, nunca
había visto a alguien como ese tipo. Ví que metió mis cosas al maletín y se
levantó para entregármelo. –Aquí tienes…tal vez cuando el sol salga puedas
dejar tus cosas en el patio hasta que se sequen – vaya, esa era una gran idea y
yo aún seguía sin poder pronunciar una sola palabra.
-¿Cómo te llamas?- el seguía preguntando y yo seguía
mirándolo como un lerdo – Eh…mi nombre…Ryuhei…soy Maruyama Ryuhei y estoy en último
año de secundaria – si, sabía que lo otro no me lo había preguntado pero quería
darle una información completa.
-Pues…- dijo el tipo con piel de ángel mientras miraba su
reloj – será mejor que te apresures o llegarás tarde a la escuela – cuando dijo
eso, regresé a la realidad, realmente se me hacía tarde, así que realicé un par
de reverencias agradeciendo antes de echar a correr a la escuela.
Ufff, felizmente llegué antes de que el timbre sonara. Tal
vez estaba mojado y mis cosas arruinadas pero había llegado temprano, eso era
lo importante después de todo ¿verdad?
Entré al salón empapado, Yasuda, mi mejor amigo vino hacia
mí - ¿Qué paso, Maru? – no quería ni hablar de mi caída, solo quería contarle
del angelito que vía afuera –Ah, Yasu~ tengo algo que contarte…- me dirigí
hasta mi asiento, estaba justo al lado del de Yasu, saque mis pertenencias,
todas mojadas y Yasu no hacía más que taparse la boca sorprendido – Es que a
acaso te metiste a nadar con maleta encima – no fue precisamente eso lo que me
pasó pero por cómo se ven las cosas, era lo más razonable en pensar.
De repente sentí algunas bolitas de papel directamente en mi
frente. Era el pesado de Nishikido, otro compañero mío, molestándome como
siempre. –Ah, Maruyama ¿qué pasó? ¿viniste nadando? – trata de bromear y como
soy un tonto no pude evitar reir – Pues…sí, mi barco se hundió y ahora estoy
aquí- le respondí.
El timbre sonó y todos se sentaron en sus sitios rápidamente.
Como ya se sabía, Takamura-san, nuestro profesor había tenido que viajar a
Sapporo urgentemente por motivos personales y en su reemplazo vendría un
profesor nuevo. Habíamos tratado de averiguar sobre el, pero no pudimos
descubrir mucho, solo sabíamos que por lo menos era mucho más joven que
Takamura-san.
La puerta del salón se abre y de ella aparece como si fuera
una ilusión o un sueño de los que suelo tener en clase, el ángel, era él. Su
rostro pálido, su piel perfecta, esa mirada tierna y sus labios carnosos.
Se
para frente al pizarrón mirándonos a cada uno…y sí, por un momento cruzamos
miradas. Estoy seguro que sabe que soy el mismo al que ayudo afuera.
-Buenos días alumnos, soy Yokoyama Kimitaka, su nuevo
profesor- de repente sus labios emanan una sonrisa hermosa y yo sonrío también como un idiota mirándolo.
¡Diablos! Este tipo, este ángel será mi nuevo profesor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario