Cap 3
Lo sé, sé que es un hombre, pero no puedo resistirme a esa
petición, además mi cuerpo sentía una atracción muy fuerte hacía él, es la
primera vez que lo hacía con un chico, pero ya no aguantaba más estos deseos, lo tomé de la
nuca acercándolo a mí, lo estaba besando, estaba tan excitado que lo besaba sin
control mientras que con una de mis manos lo atraía más a mí acariciándole el
trasero, ya podía sentir nuestros miembros rozar aún con el pantalón.
Aún así con el antifaz podía notar sus ojos, están llenos de
deseo, tanto como el podía notar en los míos.
Al parecer este chico sabía muy bien lo que quería, tantas
caricias nos estaban poniendo más fogosos, sentí como acarició mi miembro para
luego dejar de besarme, me miró sonriente bajando hasta estar a cara con mi
miembro, ¡mierda! lo iba a hacer, iba a…Oh sí~ sin darme cuenta mis pantalones
ya estaban abajo, estaba frotándome y yo me dejaba mientras acariciaba sus
cabellos, mmm~ definitivamente este chico tenía una boca maravillosa, nadie
antes me había tratado de esa manera, estaba tan pendiente de cada gusto mío, y
yo no podía resistirme a pedirle más.
Noté que él también se masturbaba, y no podía permitir
dejarlo solo, yo también quería satisfacerlo en ese sentido, además si seguía así, iba a correrme rápido y no quería eso aún, quería disfrutarlo más. Le jalé el
cabello suave haciendo que detuviera esas maravillosas atenciones, el se
levantó y aunque siendo más alto que yo, lo tome de la cintura haciéndolo cambiar
de posición, el ahora estaba acorralado entre el muro y yo, podía hacerle lo que quisiera,
le levante ambos brazos empujándolo más contra la pared mientras lo besa con
intensidad, penetraba mi lengua en su boca y jugaba con ella en cada beso, se
sentía delicioso, no pude evitar morder su mentón y luego bajar con un camino
de besos a su cuello, ese cuello largo y hermoso, no pude resistirme a dejar
mis huellas en él, como un vampiro succioné y seguí bajando hasta llegar a lo
que mas me entusiasmaba, le desaté el pantalón e hice lo que tanto estaba deseando,
sus gemidos en cada caricia me estaban volviendo loco, lo gocé tanto como él lo disfrutó.
Y Así como apareció también desapareció, fui un idiota
porque debí seguirlo, al menos debí insistirle en que me dijera su nombre, no
sé nada de él, ah, pero nunca olvidaría esos labios, ese cuerpo, sus cabellos,
su perfume…hasta ahora pienso en ellos, ¿dónde estará ese chico? . Necesito
verlo otra vez…tal vez, si Nishikido me lleva a uno de esos eventos nuevamente
pueda encontrarlo.
Ya había pasado una semana, sé que ese lugar es para pasarla
bien y sin ningún compromiso, pero yo necesitaba verlo de nuevo, por lo menos
necesitaba saber su nombre.
Nishikido -me levanté de mi asiento y apoyé mis codos sobre
la tabla que nos dividía, el estaba concentrado en la computadora, al parecer
no me escuchó- Nishikido- volví a llamarlo.
Te he dicho que me digas Ryo –chasquea con su lengua luego
de decirme eso- ¿Qué pasa? –me pregunta aun sin dejar de mirar el monitor de la
computadora.
Tenía que decirle que me lleve a una de esas fiestas
nuevamente, pero sin que se dé cuenta que estoy interesado en alguien especial –Pues…lo
de la fiesta de la semana pasada, ¿cuándo hay otra? –me mordí rápidamente el
labio al terminar de decirle, estaba algo nervioso-
Bueno –sonríe frescamente y se levanta para estar cara a
cara conmigo- No quisiste contarme nada de lo que pasó ese día ¿lo disfrutaste?
–pasa su dedo índice por mis labios poniéndome aún más nervioso-
¡Oye! Sólo quiero saber si son muy seguidas esas fiestas –me
hago un poco hacia tras para que deje de tocarme, ese chico si que era muy
rápido, además me ponía algo nervioso- El lugar me gustó mucho, tenia un
ambiente de película.
¿Seguro que es solo por eso? –arquea una ceja pícaramente-
Está bien que quieras pasarla bien con alguien, solo no te enamores o puedes
salir muy mal herido con esa persona –me dice eso y me deja algo
desconcertado, inmediatamente saca de su bolsillo una tarjeta entregándomela-
esta es la fecha del siguiente evento, es mañana, así que si piensas ir llámame
porque esta vez no iré a recogerte a tu casa –se vuelve a sentar volviendo a
mirar su monitor, a veces suele comportarse tan raro que no le entiendo para
nada, me quedé mirando la tarjeta un buen rato.
Shibutani, ¿terminó el trabajo que le pedí?- aparece el
gran cínico Yokoyama cerca a mi escritorio - ¿Es necesario que vengas hasta
aquí? Porque tenemos un teléfono para comunicarnos –le señalo el teléfono que
tengo al lado- y también tenemos un mail interno.
Quería verificar que el personal esté trabajando como se
debe –me dice nuevamente con esa frescura que lo caracteriza-
Sí, el logo ha sido modificado como pidieron y no le puse
mi nombre porque igual lo quitarás para ganarte el crédito, como lo haces con
todo –lo miro con rabia luego de decirle esas palabras, estaba esperando alguna
respuesta de su parte pero solo me miró sin decirme nada y se fue, como lo
detesto, estoy pensando seriamente en renunciar a este empleo.-
Ya era hora de salida, cogí mi maletín y conduje lo más
rápido que pude a mi casa, quería que ese día pasara rápido, quería que llegará
mañana, solo quería reencontrarme con ese chico misterioso, era lo que más necesitaba
en mi mediocre vida.
AL DIA SUIGUIENTE.
Le pedí ayuda a Nishikido nuevamente, necesitaba que me
prestara su traje, tenía que ir con la temática a la fiesta, esta vez Nishikido
me trajo un vestuario diferente, era igual al del fantasma de la ópera, se veía
tan elegante.
Subaru, espero que para la próxima te compres tu propio
traje, estás dejándome sin personajes –sonríe y me entrega el bolso – nos vemos
en la noche compañero –me guiña el ojo y se va muy tranquilo.-
Vaya, esta vez sería el Fantasma de la ópera, esta vez no
era un antifaz, era una máscara que me tapaba la mitad del rostro, era
plateada, me gustaba mucho más que la anterior.
Con todo el ánimo del mundo y el nuevo traje llegué al
castillo, saqué el celular y llamé rápidamente a Nishikido, el salió a mi
encuentro y me hizo entrar al lugar como si fuera su propia casa, esta vez me
presentó a un nuevo amigo, este era casi de mi estatura, podía notar su cabello
rubio saliiéndose un poco del sombrero, además llevaba también un bastón dorado,
quería tocarlo porque hasta parecía de oro.
Hola, soy el conde Yassan –me dice aquel extraño hombre
regalándome una sonrisa-
Yo soy Suba…-estaba a punto de decirle mi nombre pero Ryo me
tapa la boca rápidamente antes de que termine y me jala a una lado-
No seas idiota, no puedes decirle tu nombre, todos aquí
somos anónimos, invéntate algún apodo ahorita mismo –me dice algo molesto, es
la primera vez que lo veía molesto, hasta parece un hombre normal ahora- Pues
no sé…-entonces recordé el nombre del personaje de una película que vi la
semana pasada, era un ex presidiario que perdía la memoria después de una buena
paliza que le dan, sin embargo una chica descubre que tiene un gran talento para
cantar- Bueno, que sea Shigeo, ¿esta bien? –le pregunto al moreno para apaciguar
su molestia-
¿Shigeo? Nada original, pero bueno creo que va contigo –rie divertido
y regresa nuevamente donde Yassan conmigo, pero esta vez Murakami y Maruyama
estaban hablando con ese tipo también-
Lo siento Yassan, es que es nuevo y aún no sabe muy bien cómo
funcionan las cosas aquí –se disculpa con el, ¿por qué? ¿es tan importante? Tal
vez sea el organizador de todo esto-
No te preocupes Smith, suele suceder –le dice el hombre a
Smith, esperen ¿Smith? ¿Ese es el apodo de Ryo? Y luego me dice que no soy
original-
¿Y cual es tu apodo? –me pregunta Maruyama-
Soy Shigeo…¿cómo debo llamarte? –le pregunto, tenía
curiosidad por saber su apodo.
Soy Gum y este es Gonzáles –me dice señalando a Murakami, ya
veo, entonces Nishikido es Smith, Murakami es Gonzales y Maruyama es Gum, no
estaba tan difícil, pero ¿quién es ese tal Yassan? Cada que vengo aquí me
encuentro con nuevas dudas.-
Estuvimos conversando un largo rato, no sé cuántas copas de
vino me había tomado, sólo sé que había pasado más de una hora y el chico
misterioso no estaba en ninguna parte, ¿dónde se ha metido?.
No me interesaba nadie más en esa
fiesta más que él, es precisamente una de las razones por las que volví a ese
lugar.
Discúlpenme, regreso luego –les dije a los muchachos para luego dirigirme al
balcón, necesitaba un poco de aire, el trago se me estaba subiendo a la cabeza-
¿Dónde estás chico misterioso? –me preguntaba una y otra vez, apoyo mis brazos en
el balcón y suspiro un par de veces mientras observo el hermoso jardín - ¿Cuál
será el apodo de ese chico? Aunque más que su apodo yo quisiera saber su nombre
–mordía mis labios y cierro los ojos recordando esos momentos que pasamos en el
pasadizo, mi cuerpo se escarapela recordando cada instante- ¡Ah pero que
idiota! –me dije a mi mismo- De seguro está en el pasadizo.
Caminé directo a las escaleras que me llevaban a
ese pasadizo oscuro, no podía ver nada, saque mi celular y alumbré el lugar un
poco con la esperanza de hallarlo pero no lo encontré, estaba a punto de llegar
al final del pasadizo, ya veía la luz del jardín cuando de repente siento una
mano jalándome hacia adentro -¿Estabas buscando a alguien? –me pregunta una voz que
reconocí inmediatamente, era la voz que tanto estaba buscando, me había
encontrado antes que yo a el.
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