CAP. 7
Pasó una semana más desde la conversación que tuve con Ryo,
ambos nos habíamos hecho más amigos desde ese día. Yo había dejado de asistir a
esas fiestas, sin embargo le preguntaba a Ryo si había visto a Ohkura regresar.
No tenía respuesta positiva.
Está bien, ya entendí Subaru, de todas maneras mis
sentimientos no son tan fuertes, he aprendido a no hacerlo tan intensos
–suspira y me mira con su fresca sonrisa- No sé si ayudarte…
¿Ayudarme? ¿Puedes ayudarme entonces? –le pregunto más
entusiasmado, Ryo era la clave para volverlo a ver, para explicarle a Ohkura lo
sucedido-
Claro, que sí, te ayudaré pero te pediré algo antes –me
sonríe muy pícaro esta vez-
¿Eh? ¿Qué es lo que quieres? –le pregunto curioso-
Quiero una noche contigo –levanta una ceja y sonríe muy
fresco, ¿en serio me estaba pidiendo eso? –
¿Qué? ¿No crees que sea muy conveniente? –estaba algo
nervioso pero no podía aceptar eso-
JAJAJAJAJA –rie muy fuerte- Es una broma, no quiero una
noche con alguien que tiene tan mal gusto, si yo soy mucho más guapo –me dice
sin dejar de sonreir-
No es gracioso y menos en estos momentos –le digo y de
repente una amable mesera trae croisants a nuestra mesa, estábamos en un
restaurante algo alejado del lugar de trabajo conversando- Croissants…-me quedo
mirando y era inevitable no recordarlo, tenía miedo de que se me saliera alguna
lágrima en cualquier momento, lo extrañaba tanto, tenía que volver a verlo-
¿No te gustan los Croissants? ¡Son tan ricos! –se mete uno a
la boca-
Me encantan los croissant, no tienes idea como me gustan
–meto uno a mi boca también saboreándolo como saboreaba a Ohkura en esas
noches, como extrañaba hablar con el, extrañaba sus mirada, extrañaba que se
preocupara por mí, que me halagara tanto, que me dijera que soy hermoso, que
dijera que lo hacía sentir como nadie antes lo había hecho, extrañaba contarle
mis problemas y que siempre me diera ánimos, extrañaba nuestras interminables noches-
Oye, tampoco te los comas todos, deja un poco para mí –me
dice el moreno pero me hice el sordo y seguí comiendo lo que tanto me recordaba
Ohkura-
¿Vas a ayudarme entonces? –le vuelvo a preguntar- ¿Sabes
dónde encontrarlo?
Ya te dije que no sé si ayudarte, no gano nada haciéndolo y
además no sé donde encontrar a ese idiota, si supiera tampoco creo que te lo
diría –me dice, pero eso sí me hizo enojar-
Entonces no sé que hago aquí contigo, no sé por qué he
venido aquí a comer ni porque me invitaste si solo te vas a burlar de mí –lo
miro muy molesto, no sé porque Ryo disfruta este tipo de cosas-
Se escuchó que en la cocina del restaurante se caían unos
platos, al parecer la mesera que nos atendió había sufrido un pequeño corte
porque la ví salir con una venda en el brazo hasta la puerta algo asustada.
¿No quieres pedir algo más que comer? Te comiste todos los
Croissants así que supongo que tienes mucha hambre –me dice el moreno que tenía
al frente-
No tengo hambre ahora, además tu ya pediste tu almuerzo, esperaré
a que te lo traigan para largarme de aquí –le digo muy molesto, no quería
seguir con Ryo en ese lugar-
¿Estás seguro de eso? Porque aquí viene el mesero con la
comida –me dice Ryo con una gran sonrisa de oreja a oreja-
Disculpen por la demora, tuvimos un pequeño incidente pero
aquí está su pedido Señor….-el mesero queda mirando a Ryo muy sorprendido al darse
cuenta quién era a quién atendía, además que esa voz, la voz del mesero yo la
conocía, estoy seguro que es el, ese tipo alto, ese cabello, sus ojos…ese
mesero es Ohkura, estoy seguro que sí, no pude evitar pararme para verlo mejor,
pero el mesero abrió los ojos tan grande al verme que dejo el plato y corrió de
regreso a la cocina-
Nunca antes lo había visto sin el antifaz, el tampoco a mí
pero estoy seguro que me reconoció como yo a él, ví que tenía una insignia en
el lado derecho de su pecho con el nombre “Tadayoshi” escrito, esta vez no iba
a dejar que se me escape así que corrí detrás de el hasta la cocina, empuje a
los meseros y cocineros que se atravesaban en mi camino pero el salió por la
puerta trasera que daba hacía un callejón, por más que corrí no pude
alcanzarlo, se me volvió a perder, él sabía muy bien como huir, es la segunda
vez que lo hacía, estoy muy seguro que era Ohkura, no olvidaría esa mirada ni
esa voz nunca, su figura corriendo, era el.
Regresé a la mesa con Ryo, el estaba muy tranquilo
terminando su comida.
Oye que rico cocinan aquí, me encanta la comida de este
lugar ¿es la primera vez que vienes verdad? –me pregunta como si nada hubiera
pasado-
¡Deja de hacerte el idiota conmigo!¡¿Por qué me trajiste
aquí? Tu sabías que el trabajaba aquí ¿verdad? ¿Por qué mierda no me lo
dijiste?! –le grité sin importar que las demás personas me miraran-
Oye, no sé de qué me hablas, tu saliste corriendo atrás de
un mesero ¿no crees que estás muy loco? –me dice aun haciéndose el idiota y me
estaba agotando la paciencia, quería golpearlo porque por culpa de él, Ohkura
se me volvió a escapar-
Ese mesero, en su insignia decía “Tadayoshi” es el ¿verdad?
¿Es el Ohkura? ¿Ohkura Tadayoshi? ¿Es así como se llama verdad? –le pregunto
todo a la vez, solo quería respuestas-
Si eso decía en su insignia, es seguro que así se llama –me
dice muy fresco-
¡Ya! ¡Ryo deja de jugar! –Ryo solo ríe al verme tan
desesperado-
Te traje aquí ¿no? deberías agradecerme en vez de seguirme
gritando –me dice muy tranquilo-
Un mesero viene a nuestro lugar algo preocupado.
Disculpen señores, ¿pasa algo?. Uno de ustedes entró a
nuestra cocina y empujó a algunos de nuestro personal y ahora parece que algo
está mal por aquí –dice el mesero-
No, discúlpeme usted a mí, mi compañero está algo loco y a
veces se comporta muy extraño, gracias por todo, la comida estuvo deliciosa
–Ryo saca dinero y lo deja en la mesa pagando la cuenta aun si habérsela
traído-
Por favor, dígame si Ohkura Tadayoshi trabaja aquí todos los
días ¿Dónde está ahora? –le pregunto muy desesperado al mesero-
Ohkura, sí, aunque no todos los días, a veces tiene días
libres –me dice el amable mesero-
Dígame usted –miro el nombre en su insignia- Yoshiro –le
digo luego de leerlo- ¿Cuándo son los días libres de Ohkura? –pregunté, porque
pensaba regresar mañana-
Eso no puedo decírselo Señor, es confidencial y no puedo dar
mucha información de los empleados –me dice el mesero pero no me quedo muy
conforme con ello-
Discúlpelo por favor, me lo llevaré ahora –Ryo me toma de
los hombros empujándome prácticamente a salir-
¿Por qué haces eso? Yo solo quiero saber más sobre el,
quiero verlo nuevamente –le digo muy ofuscado-
Ya te traje aquí, ya sabes dónde encontrarlo, ahora todo
depende de ti, ya no voy a ayudarte más, malagradecido –me dice molesto también
y camina adelantándose a su auto, yo le sigo y subo con el de regreso al
trabajo-
No pude concentrarme en el trabajo, mi cabeza solo pensaba
en Ohkura, Ohkura Tadayoshi, lo había vuelto a ver y esta vez sin su máscara,
era tan hermoso, ese era mi Croissant, mi hermoso Croissant, y ya sabía donde
encontrarlo.
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